El mejor momento de plantar un árbol fue hace 20 años. El segundo mejor momento es ahora.

Deje las preocupaciones fuera. Este espacio es un respiro para meditar, descansar, empaparse de la sabiduría de la cultura milenaria china. Permita que fluya a través de sus ojos por sus venas y nervios, relaje y equilibre.

Aunque también existe una aplicación práctica para visitar este apartado. Antes de acudir a una cita de negocios con un socio de China, vuelva por aquí, lea los proverbios populares chinos y seguro que en su reunión con los socios chinos estará en la misma onda y habrá acuerdo.

Proverbios chinos:

  • Si te caes siete veces, levántate ocho.
  • Las grandes almas tienen voluntades; las débiles tan solo deseos.
  • El sabio puede sentarse en un hormiguero, pero sólo el necio se queda sentado en él.
  • Cuando te inunde una enorme alegría, no prometas nada a nadie. Cuando te domine un gran enojo, no contestes ninguna carta.
  • La gente se arregla todos los días el cabello. ¿Por qué no el corazón?
  • El trabajo del pensamiento se parece a la perforación de un pozo: el agua es turbia al principio, mas luego se clarifica.
  • El que teme sufrir ya sufre el temor.
  • El momento elegido por el azar vale siempre más que el momento elegido por nosotros mismos.
  • El barro se endurece al fuego, el oro se ablanda.
  • Es mejor enjuagar una lágrima de un pobrecillo que obtener cien sonrisas de un ministro.
  • El que te enseña por un día es tu padre por toda la vida.
  • Si no quieres que se sepa, no lo hagas.
  • Todos los ríos van al mar, pero el mar no se desborda.
  • Antes de iniciar la labor de cambiar el mundo, da tres vueltas por tu propia casa.
  • Un pájaro no canta porque tenga una respuesta. Canta porque tiene una canción.
  • El que se pone de puntillas no puede sostenerse derecho.
  • No hay nada más hermoso que un padre llegue a convertirse en amigo de sus hijos, cuando estos lleguen a perderle el temor pero no el respeto.
  • Hay un tiempo para ir de pesca y otro para secar las redes.
  • Es más fácil variar el curso de un río que el carácter de un hombre.
  • Cuando hagas favores no los recuerdes. Cuando recibas favores no los olvides.
  • Cuando bebas agua, recuerda la fuente.
  • La lengua resiste porque es blanda; los dientes ceden porque son duros.
  • El ayer es dinero gastado. Mañana es dinero por venir. Usa pues el día de hoy que es dinero en efectivo.
  • Cuando el dinero habla, la verdad calla.
  • La puerta mejor cerrada es aquélla que puede dejarse abierta.
  • El hombre que consigue ver las cosas pequeñas tiene la mirada limpia.
  • Si guardo una ramita en mi corazón, el pájaro cantor vendrá hacia mí.
  • Nadie apalea a un perro muerto.
  • Una gran ciudad es un gran desierto.
  • Cuanto más grande es el caos, más cerca está la solución.
  • ¿Por qué lanzarse al agua antes de que la barca haya naufragado?
  • Si hay luz en el alma, habrá belleza en la persona; si hay belleza en la persona, habrá armonía en el hogar; si hay armonía en el hogar, habrá orden en la nación; si hay orden en la nación, habrá paz en el mundo.
  • Cuando dos trabajan juntos las montañas se convierten en oro.
  • El dragón inmóvil en aguas profundas se convierte en presa de los cangrejos.
  • Cada cual interpreta a su manera la música de los cielos.
  • Cuanto más quiere una mujer a su marido, más corrije sus defectos.
  • Oigo y olvido; veo y recuerdo. Hago y comprendo.
  • Excava el pozo antes de que tengas sed.
  • Es fácil esquivar la lanza, mas no el puñal oculto.
  • Jamás se desvía uno tan lejos como cuando cree conocer el camino.
  • Todos los hombres son sabios; unos antes, los otros, después.
  • La tinta más pobre de color vale más que la mejor memoria.
  • El clavo que sobresale siempre recibe un martillazo.